La reforma judicial y la designación de nuevos ministros en la Suprema Corte marcan un parteaguas para todos los involucrados en el litigio en México. Las reformas Constitucionales e Institucionales no son un indicativo de un simple relevo administrativo, sino una redefinición del papel del Poder Judicial en la vida democrática.
Advertimos que el Estado Mexicano tiene ante sí la oportunidad de replantear su política criminal y de seguridad para enfrentar la delincuencia con una estrategia que fortalezca soberanía, estabilidad y legitimidad –interna y externa–. Sin temor a equivocarnos, asimilamos que la justicia no es concesión ni moneda de negociación: es condición de existencia para la democracia.
Nuestra misión profesional en este nuevo entorno es clara, litigar con integridad, independencia y rigor técnico. No para complacer al sistema, sino para recordarle a la sociedad que sin justicia no hay desarrollo sostenible. Respaldamos toda transformación que refuerce la transparencia, la rendición de cuentas y la dignidad de la función judicial.
En esta nueva etapa, los abogados debemos ejercer un papel estratégico, anticipando criterios jurisprudenciales de la décima época y sosteniendo la vigencia del Estado de Derecho en cada proceso. La crítica al papel histórico de la Suprema Corte revela una deuda pendiente: consolidar un Poder Judicial independiente y cercano a la ciudadanía.
La defensa del Estado de Derecho es de larga data y no puede confundirse con la protección de privilegios, por lo que permanentemente nos obliga a exigir que la justicia sea accesible e imparcial para todas las personas. Por eso, toda estrategia depende no sólo del alegato, sino de la prueba pericial sólida y del trabajo conjunto con expertos independientes.
En consecuencia, sabemos que la solidez de cualquier estrategia jurídica depende no solo del alegato, sino también de la prueba pericial que lo respalde. Por ello, resulta esencial trabajar con Peritos altamente capacitados, cuya independencia y rigor científico aporten certeza al proceso jurisdiccional.
Entendemos que la construcción de alianzas estratégicas con expertos en diversas disciplinas forenses fortalece la defensa, amplía la capacidad de análisis y asegura que cada caso sea sustentado con evidencia objetiva, verificable y acorde a los más altos estándares profesionales.
Con todo, los retos estratégicos que asumimos nos imponen que la capacitación y la docencia no son concesiones ni adornos institucionales; son el campo de batalla silencioso en el que se define la solidez del oficio jurídico.
En un entorno en permanente transformación, solo la formación rigurosa y permanente puede garantizar continuidad, excelencia y liderazgo. Lo anterior, será el eje rector de nuestra práctica profesional en esta nueva etapa de nuestra historia y en la que se inicia la construcción por parte de todos los operadores del sistema de justicia de: la décima época de la jurisprudencia.
En Armando Juárez Bribiesca | Despacho de Abogados, S.C., sostenemos que invertir en la preparación interna y externa de los profesionales del Derecho no es un acto de lealtad hacia una coyuntura política en lo particular, ni un gesto de complacencia con la moda académica en general. Es, sencillamente, una obligación ética orientada en formar abogados capaces de defender la justicia, incluso frente a la arbitrariedad de quienes la administran.
Armando Juárez Bribiesca | Despacho de Abogados, S.C.